viernes, 6 de mayo de 2011

MAURICE FERRE: La única salida para Puerto Rico

 By MAURICE FERRE
El Nuevo Herald

En el anterior artículo tracé algunas de las importantes circunstancias que azotan al Puerto Rico de hoy. Las supuestas soluciones de ayer no funcionarán mañana. La solución del status político de Puerto Rico nunca ha estado en Washington. El status de Puerto Rico solo se puede determinar en Puerto Rico por puertorriqueños. Lo del Congreso es subsiguiente y con la voluntad firme de Puerto Rico no será tan difícil como dicen los opositores a la estadidad.

Lo del plebiscito del Comisionado Residente, Pedro Pierluisi, murió con el Congreso 111. Fue vergonzoso ver cómo los republicanos sureños (los de siempre) le aguaron el proyecto, injertando nuevamente al Estado Libre Asociado. Pero no importó nada de esto, como tampoco importó el proyecto Young anteriormente. Ninguno dio fruto; y en la Isla, la incertidumbre, la indecisión, el temor al fracaso

Lo que queda es el plebiscito criollo: Estadidad: Sí/No. El temor del liderato del Partido Nuevo Progresista (Estadista) es el voto de castigo en contra del gobernador Luis Fortuño. Claro, al electorado estadista de Puerto Rico, por 112 años bajo la bandera estadounidense, nunca se le ha educado de lo que significa la ciudadanía norteamericana. No obstante, el pueblo de Puerto Rico sabe que como está no se puede continuar. La economía actual del Puerto Rico no es sostenible.

Un plebiscito, Sí o No, además de ser el más sencillo, es el más auténtico históricamente. Es el plebiscito criollo que celebraron Alaska y Hawai para incorporarse a la Unión norteamericana. El Sí/No evita el tranque en la complicada definición de las alternativas políticas. El Partido Popular (Estadolibrista) ya ha aceptado el plebiscito, Estadidad, Sí/No.

La estadidad federada es la única forma de garantizar la unión permanente con Estados Unidos; es la única manera de salir de la actual ciudadanía estadounidense de segunda clase y hasta de garantizar la ciudadanía norteamericana para futuras generaciones de puertorriqueños en la Isla.

El liderazgo del PNP no ha querido aceptar el reto Estadidad, Sí/No por miedo de perder. Porque sigue la mentalidad colonialista en Puerto Rico, y por un temor a perder la identidad y la cultura puertorriqueña. La Isla no acepta que Puerto Rico será Puerto Rico bajo cualquier status político. Soy de los que creen en las ``capas más profundas de las creencias'', como decía don Octavio Paz. La tradición cultural mayormente domina a todas las ideologías. El problema es que el pueblo de Puerto Rico nunca ha aceptado la dominancia de sus creencias. Puerto Rico nunca ha tenido un José Ortega y Gasset que explique esa verdad. El temor que nos viene de la metáfora muñocista aún vive. Puerto Rico tiene que superar sus creencias para sobrepasar el tranque político actual. No queremos perder el puertorriqueñismo y no aceptamos la realidad de que no está en juego nuestra cultura con la estadidad federada. La cultura puertorriqueña, incluyendo nuestro idioma, perdurará en la Isla, bajo la unión permanente.

Lo que sí cambiará es la situación económica de Puerto Rico. No hay trabajo hoy, ni habrá mañana con el Estado Libre Asociado, para una población de 3.5 millones de habitantes en la Isla. Con la estadidad, Puerto Rico no saltará de inmediato al nivel per cápita de la Florida. Pero sí llegaría a un nivel casi el doble del actual per cápita de Puerto Rico. Esto ya se ha estudiado y documentado. Veremos lo que dice el nuevo Informe Presidencial sobre Puerto Rico, que pronto se hará público.

Es triste ver la respuesta de Pedro Pierluisi: ``Ahora le tocará ser más activo al republicano Luis Fortuño''. No trabajó antes y no trabajará mañana, por una razón muy sencilla: al no tener Puerto Rico igualdad en el Congreso, no tiene suficiente fuerza para lograr sus objetivos. Ni Fortuño, ni Pierluisi tienen ni tendrán poder suficiente en Washington, a menos que sea como senadores federales.

Después del plebiscito Estadidad, Sí/No, si gana el sí, se celebraría una convención constituyente para adoptar, con pocos cambios, la Constitución del Estado Libre Asociado de 1952 como la Constitución del Estado, someterla a aprobación por el pueblo y conjuntamente elegir dos senadores y seis congresistas federales. Se llama esto el plan Tenesí. Así entró Alaska a la unión permanente con Estados Unidos. Lo que falta es la voluntad política del liderato estadista o el levantamiento político de un pueblo harto. La alternativa es la continuación del espiral negativo hacia el abismo que persigue Puerto Rico con ojos cerrados, continuando la indecisión del status político, esperando que Washington resuelva el problema. ¡Basta ya de colonia! La esperanza no es un plan estratégico. Estadidad: Sí o No.

Ex alcalde de Miami.

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