Por Kenneth
McClintock Hernández,
Secretario de
Estado de Puerto Rico y 1er. Presidente de PRSSA
Hace unos días
se suscitó una controversia en torno a unas expresiones del Secretario de
Salud, doctor Lorenzo González, en torno a los niveles de fondos que se reciben
en Puerto Rico para atender las condiciones de SIDA/HIV en las que,
esencialmente, éste señaló que solo bajo la Estadidad podría disfrutar igualdad
en los programas federales para atender estas condiciones. Lorenzo tenía razón.
Hay una gran
diferencia entre “paridad” e “igualdad”.
Cuando el
territorio de Puerto Rico recibe
exactamente la misma cantidad de recursos en un programa federal a lo
que recibiría si fuéramos estado, se alcanza una condición de “paridad”, pero
no de igualdad.
A principios de
la década del ’70, se extendió a Puerto Rico el programa de cupones de
alimentos y comenzamos a recibir exactamente la misma cantidad de fondos que
los que recibiríamos bajo ese programa federal si fuéramos un estado. Alcanzamos la paridad numérica. Sin embargo, acontecimientos subsiguientes
demostraron que no habíamos alcanzado la “igualdad”.
Poco después que
asumió el mando, el Presidente Ronald Reagan comenzó a buscar dónde recortar
gastos federales. Los senadores y
congresistas de estados con grandes cantidades de beneficiarios de los cupones
de alimentos, al iguakl que de los estados productores de alimentos impidieron
que se recortara el programa de cupones de alimentos. Sin embargo, accedieron a que se hicieran
recortes a Puerto Rico. No siendo un
estado, Puerto Rico carecía de la protección de “igualdad”, que implica
uniformidad.
Reagan no podia
reducirle los cupones de alimentos a un estado sí y a otros no pero, por ser un territorio, sí le
podia quitar la “paridad” que gozaban los beneficiarios del programa de cupones
en Puerto Rico. Nos sacó del programa de
cupones y creó el llamado Programa de Asistencia Nutricional en que
puertorriqueños indigentes recibirían, no cupones, sino cheques. Ah, y de paso, mucho menos en cheque que lo
que recibían en cupones!
De igual manera,
el territorio de Puerto Rico podría llegar a recibir los mismos fondos que un
estado en determinado programa federal y alcanzar la paridad, la paridad pero
no la igualdad. Para ser
iguales---mismos fondos, igual trato, protegidos de que nos quiten o reduzcan
lo que no le quiten o reduzcan a otros---para eso hay que votar por y
convertirnos en un estado.
El Secretario de
Salud, en forma mucho más resumida, en un tono mucho más conversacional, así lo
expresó esta semana. Y tiene razón. No
en ánimo de campaña sino en ánimo de aclarar una verdad: No hay igualdad sin
estadidad.
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