Por Phillip Arroyo
Presidente Juventud Demócrata de Puerto Rico
La semana pasada no pude contener mi incredulidad ante lo que sucedió el día que bajó a votación la histórica reforma legislativa presentada en la Cámara de Representantes por la mayoría legislativa del Partido Nuevo Progresista. Dicha medida reduciría dramáticamente el número de escaños legislativos en la Cámara de Representantes y el Senado de Puerto Rico. Esto reduciría costos y aumentaría ahorros en nuestra rama legislativa, no sin antes consultarle al pueblo directamente en las urnas su parecer al respecto.La medida fue aprobada , pero el Partido Popular Democratico se opuso unanimemente. Durante los pasados dos años hemos escuchado una y otra vez como muchos analistas políticos pronosticaban la poca probabilidad de que la reforma legislativa se aprobara.
Al comienzo de este cuatrienio todos recordamos como el liderato del Partido Popular Democrático criticaba a la mayoría PNP, porque alegadamente existían dos o tres legisladores azules que se negaban a apoyar la reforma y por ende atacaban al PNP acusándolos de utilizar la supuesta “doble vara” al momento de tomar decisiones difíciles de recortes a nivel del gobierno central y no tocar a la rama legislativa. Ahora, cuando la mayoría PNP aprueba por primera vez en la historia una reforma legislativa que reduciría la cantidad de legisladores en nuestra legislatura, es malo y se oponen.
Algunos lideres de la Pava han ido tan lejos como para tildar la aprobación de esta reforma como “un golpe a la democracia” o “innecesaria” porque en el pasado el pueblo supuestamente votó a favor de la unicameralidad. En mi opinion muy personal, el único “golpe a la democracia” es intentar evitar que el pueblo se exprese en las urnas sobre este asunto como propone esta recién aprobada medida. Evidencia de esto es ver como cada uno de los miembros legislativos del Partido Popular en la Camará le votó en contra nuevamente a que el pueblo decidiera. Ya es notable y preocupante el patrón que ha desarrollado lideres del Partido Popular Democratico en evitar a toda costa que el pueblo se exprese mediante un proceso democrático sobre diferentes asuntos.
En el debate sobre el centenario dilema de status, es uso y costumbre del PPD utilizar el “modus operandi” de obstaculizar e impedir que ni siquiera el asunto de status llegue a un plebiscito o referéndum porque saben que las estadísticas electorales demuestran un crecimiento consistente de apoyo a la estadidad, especialmente dentro de la generación joven del país. Me parece que existe gran preocupación dentro de las filas del PPD al ver como la generación “Munozista” que aún hasta el día de hoy compone una cantidad sustancial de su base electoral ya desvanece a raíz de la vejez. Es innegable reconocer que los dos partidos que mayor base juvenil poseen son el Partido Nuevo Progresista y el Partido Indepdnentista Puertorriqueno y no es por mera casualidad.
Simple y sencillamente la naturaleza sometida y arrodillada del sistema actual colonial resulta inatractivo y hasta asqueante para los jóvenes del país. Quien los culpa? A final de cuentas, somos nosotros los jóvenes y los que eligen pertenecer a la milicia los que tenemos que arriesgar nuestras vidas en “defensa de nuestra nación” en guerras aprobadas por un Congreso donde no tenemos voz y voto y un Presidente a quien no podemos elegir con nuestro voto. Somos nosotros los jóvenes los que tenemos que sufrir la triste realidad de graduarnos con honores de la universidad para finalmente ir directamente a las filas del desempleo porque el sistema económico bajo el Estado Libre Asociado (ELA) ya no pare mas y ha demostrado ya a la saciedad ser disfuncional y con zero posibilidades de desarrollo.
Ahora bien, la resistencia del PPD a un proceso de referéndum en cuanto al tema de status se entiende por todas las razones antes expuestas. Sin embargo, es increible ver como en esta ocasión, también se oponen a que el pueblo se exprese sobre el tema de reformar nuestro sistema legislativo.
Este patrón de no permitir que el pueblo participe y decida por si solo en asuntos trascendentales para nuestra isla me parece altamente preocupante y alarmante. “El pueblo participó y aprobó la unicameralidad y la legislatura PNP no la respetó ” alegarán algunos que difieran con éste mi mas reciente escrito. Es importante señalar y analizar el ambiente y las circunstancias políticas durante el cual se dio el famoso referéndum a favor de la unicameralidad. El Gobernador para aquel entonces, Anibal Acevedo Vilá, portaestandarte de la facción izquierdista dentro de su partido, abrazó la idea de la unicameralidad porque dicho sistema rompe son el sistema republicano de gobierno de 49 estados de nuestra nación y el sistema federal. Es importante señalar que cuando menciono “sistema republicano” no lo hago en el sentido político, mas bien me refiero al sistema gubernamental y constitucional de nuestro gobierno dividido en tres ramas; donde la rama legislativa se compone de un sistema bi cameral. En términos políticos, la unicameralidad representaba una oportunidad dorada para el sector de izquierda del país para adelantar una ideología independista que no goza y nunca ha gozado con el apoyo del pueblo e intentar convertir a nuestra legislatura en un sistema semejante a países internacionales y extranjeros que al sistema americano.
En mi humilde opinión, el sistema unicameral no es una opción viable ya que concentraría demasiado poder en una sola cámara, lo que podría aumentar la corrupción e inclusive convertirse en un poder paralelo al Gobernador. Imaginense un Presidente del sistema unicameral de un partido y el Gobernador del partido contrario…. Caos total. El sistema bicameral a su vez, sirve de filtro legislativo donde nuestras leyes pasan por el cedazo de la Cámara de Representantes y el Senado siendo estudiado y aprobado a saciedad antes de llegar al Gobernador para su firma. Así que mi conclusión final en cuanto a la unicameralidad es que se promovió durante la pasada administración del Partido Popular no por razones de costos, ahorros o funcionamiento de la rama legislativa, sino por razones puramente políticas e ideológicas. Los que difieran con mi apreciación los invito a que acudan a los tribunales y busquen a ver si la rama judicial aprobaría un “mandamus” hacia la administración de turno para acatar los resultados del famoso referéndum sobre la unicameralidad. No serán exitosos porque cuando existen elementos de naturaleza política en alguna controversia el tribunal supremo tiende a no inmiscuirse o aprobar mecanismos de “mandamus”. Un ejemplo clásico de esto es el legendario caso del tribunal supremo de Estados Unidos Marbury vs. Madison (1804).
La poca participación en el referéndum a favor de la unicameralidad donde el sector mayoritario estadista del país no participó y el sector que apoya el separatismo sí participó resulta en un barómetro poco confiable y abre a debate si debe ser acatada o no. A mis amigos colonialistas les pregunto, de el PPD boicotear el plebiscito que se avecina, y la estadidad prevalecer, validarán en igualdad de condiciones la victoria de la estadidad incluso si la mayoría del pueblo Popular no votara? No creo. Por eso propongo que la votación de la reforma legislativa se lleve a cabo el mismo dia de las próximas elecciones en una papeleta aparte. Asi, aseguramos que haya participación electoral adecuada y serviría como un barómetro mas preciso en cuanto a la decisión final del pueblo.
En conclusión, el Partido Nuevo Progresista ha solidificado su reputación de ser el partido que más a abrazado y apoyado la voz del pueblo. Tan es asi, que dos grandes progresistas (pronto tres) llevaron a cabo procesos plebiscitarios para resolver nuestro problema de status (Ferré 1967, Rossello 1993 y Rossello 1998 y ahora Fortuno en el 2012). La semana pasada, la mayoría PNP aprobó un nuevo referéndum a celebrarse para que el pueblo y solo el pueblo decida si quiere reducir los escaños en nuestra legislatura. El Partido Popular por su parte perpetua su fama obstaculizador de procesos democráticos del pueblo como hicieron al evitar todos los plebiscitos de status y a su vez intentar resolver todo a puertas cerradas y en cuartos oscuros… Bueno, por eso es que apoyan la asamblea constitucional de status, donde un grupo selecto de lideres políticos y “cívicos” tomarían la decisión por ti!
Definitivamente, ya no es un mero “campaign slogan” o retorica política común el decir que el Partido Popular Democratico realmente es la “DELEGACION DEL NO”. En las próximas elecciones le tocará al pueblo puertorriqueño decirles: NO Gracias….
No hay comentarios:
Publicar un comentario