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miércoles, 9 de marzo de 2011

¡Qué viva el puertorriqueño libre!

Ricardo Roselló Nevares
(marzo 9, 2011)

Vocero.com

(Beneficio de la descolonización parte 12)

Tal vez el título de esta columna les choque a algunos por el mensajero. No obstante, al igual que en la columna anterior, entiendo que es importante elaborar ciertos conceptos abstractos para la discusión sociopolítica, y específicamente para la discusión del estatus.

Hoy, tocamos el tema de la libertad. El término se reclama por varios sectores, particularmente el liderato de los partidos Popular e Independentista. Por otra parte, es un tema típicamente eludido por el sector estadista. ¿Por qué?

Para entender esto, preguntemos entonces ¿Qué es la libertad? La libertad, en el contexto político-social, se puede definir de dos maneras, según Isaiah Berlin (Two Concepts of Liberty): (1) Libertad del estado y (2) Libertad del individuo. Las dos son muy distintas. La primera, también conocida como “libertad de los antiguos”, se refiere a la libertad de un pueblo a gobernar su propio estado, y que no esté sujeto a otro soberano. Se le llama la libertad de los antiguos, porque, en la antigüedad, era lo mejor que un individuo podía añorar, ya que su bienestar estaba ligado directamente a las riquezas de su tierra. Esta libertad, en algunos casos, tiende a aniquilar o sacrificar al individuo por el bien del estado. Bajo este precepto, los ciudadanos que viven en España, China, Venezuela, Estados Unidos, o Cuba, gozan de “libertad del estado”.

La segunda, la libertad moderna, es la libertad de un hombre a decidir cómo mejor vivir su vida. Esta libertad peligra cuando fuerzas externas subordinan, limitan o coaccionan la capacidad de tomar decisiones del individuo. Ante este escenario, los países antes mencionados, caen en distintos lados del espectro según Freedom House (Freedomhouse.org). Mientras en España y Estados Unidos se goza de mayores libertades (consideradas libres), en Venezuela sólo son parciales; y que en China y en Cuba están mayormente opacadas (consideradas No Libres). Interesante es notar que Puerto Rico no esta calificado bajo este esquema.

Ante estas dos definiciones, cabe preguntarse ¿Cuán libre es Puerto Rico? ¿Cuán libre es el puertorriqueño? ¿Habrá alguna diferencia en la libertad bajo el ELA colonial, relativo a las alternativas no-coloniales de la independencia y la estadidad?

Examinando la libertad del estado, toma poco convencimiento estipular que bajo la independencia o la libre asociación, Puerto Rico gozaría de dicha libertad. Bajo cualquiera de estas dos condiciones políticas, la Isla tendría la potestad de escoger sus máximos líderes, en el caso de una democracia, y no estar sujeta a otro estado soberano.

¿Y bajo la estadidad? Puerto Rico también tendría insumo sobre su máximo líder (Presidente), representación en el Congreso que legisla sus leyes (2 senadores, 6-7 legisladores), y un gobierno estatal con su propia constitución autónoma. Entonces, aunque la Isla sería parte de un ente más grande (la nación americana), sería parte de la misma soberanía de la metrópolis, tendría autonomía local (constitución estatal) y no tendría que estar sujeta al mandato externo de otro soberano.

¿Y en el ELA colonial? Bajo este esquema actual Puerto Rico es una posesión de los Estados Unidos, sujeto a los poderes plenos del Congreso, bajo la cláusula territorial (Artículo 4, Sección 3) de la Constitución de los Estados Unidos. No tiene miembro representativo con voto en este cuerpo que determina el destino de los puertorriqueños, y no tiene voto presidencial. Por ende, está sujeto a un soberano externo, y no tiene el poder de gobernar su propio estado.

¿Y la libertad del individuo? En varios artículos de esta serie, hemos esbozado el panorama actual de Puerto Rico dentro del sistema sociopolítico colonial. Entre otras cosas, el puertorriqueño gana 3 veces menos que su contraparte americana; paga más impuestos (IVU + Arbitrios); vive bajo la peor productividad económica en el mundo; tiene menos flexibilidad para educar a sus hijos (poca inversión a temprana edad, de los peores sistemas educativos secundarios en el mundo); vive en un ambiente de alta pobreza (~50% bajo el nivel de pobreza), y sufre una disparidad social extrema (primeras 15 en el mundo), al igual que una alta tasa de criminalidad y violencia. Encima de todo esto, la dependencia del ciudadano en el gobierno para obtener vivienda y trabajo es altísima.

La suma de estos factores obstaculiza la libertad del puertorriqueño. Las deudas e imposiciones económicas coartan nuestra libertad. La falta de oportunidades de proveer una buena educación a un hijo también coarta nuestra libertad. Asimismo nos limita el no poder pasear por la isla sin miedo de ser victima de un crimen, o vivir con la ansiedad de que te puedan quitar el techo que provee el Gobierno por falta de una vivienda propia segura.

La libertad del individuo bajo ciertas alternativas descolonizadoras está por verse. Lo que sí podemos ver claramente, es que, bajo la estadidad, hay 50 ejemplos donde, en TODOS LOS CASOS, el individuo es considerado totalmente libre. No hay razón para especular que Puerto Rico seria una excepción. Bajo la independencia o la libre asociación, existe el potencial de desarrollar un país donde los individuos sean totalmente libres, como también hay la posibilidad de caer bajo un régimen de inflexibilidad o completamente totalitario. En ambos casos, la planificación y definición de la nueva nación sería instrumental en la dirección de la nueva república.

Si bien es cierto que podemos argumentar los méritos y desventajas de las soluciones descolonizadoras, lo que es indiscutible es que bajo el sistema colonial actual, Puerto Rico carece completamente de las libertades posibles bajo ambas definiciones. Es entonces contradictorio que un líder colonialista promulgue “lo mejor de los dos mundos”, cuando lo que tenemos es lo peor de las dos libertades. También, es sorprendente que el sector estadista no esté explicando o promoviendo el asunto de la libertad como una herramienta más en su repertorio de argumentos.

La colonia nos afecta a todos por igual; no discrimina contra PNP, Popular, Independentista o apolítico. Por eso, levantémonos todos por el fin de la colonia y exclamemos: ¡Qué viva el puertorriqueño libre!

El autor puede ser contactado en Facebook.com/rossello.nevares

miércoles, 2 de marzo de 2011

Es el momento de actuar

Miércoles 2 de marzo de 2011
Edwin R. Jusino | UPR Mayagüez

En el 1917, los puertorriqueños recibimos la ciudadanía estadounidense. Ya han pasado 94 años y al día de hoy continuamos aun esperando el “Task-Force” de Casa Blanca. Todavía estamos envueltos en riñas personalistas que dividen al pueblo. Que si la UPR, que si los empleos, que si fulano o si zutano, cuando la causa de toda la mogolla de problemas que hay en nuestra amada isla de Puerto Rico lo es el Estado Libre Asociado. Una fórmula política que nadie ha sabido definir, que ni es libre, ni es asociada.

Según un reporte de mayo 29 de 2009 del “Congressional Research Office”, ha habido 2 reportes de Casa Blanca en cuanto al estatus de Puerto Rico, en el 2005 y en el 2007, han ocurrido 4 consultas de estatus (1967, 1991, 1993, 1998) de la cual 1 (1991) fue un referendo. En el reporte incluye un breve resumen de las opciones posibles para Puerto Rico, en la página 29 titulada “Issue of Debate on Political Status”. Pero antes de entrar a mencionar las 4 opciones que tiene Puerto Rico, 2 de las cuales son consideradas independencia, menciona que desde el 1952, Puerto Rico continúa siendo un territorio de los Estados Unidos sujeto a la autoridad del Congreso bajo la clausula de territorios de la Constitución federal.

“Commonwealth”, palabra usada en inglés para definir el “Estado Libre Asociado” significa en ingles (según el diccionario Webster): “: a nation, state, or other political unit: as a: one founded on law and united by compact or tacit agreement of the people for the common good”. En español es una nación, estado, o otra unidad política fundada y unida por una compacto o acuerdo entre la gente para el bien común. Añadiéndole la definición del congreso de los Estados Unidos, un “Commonwealth”, describe un territorio organizado auto-gobernante bajo los poderes plenarios del Congreso de la Federación. En otras palabras, el Estado Libre Asociado es un territorio auto-gobernable sujeto a los poderes plenarios del Congreso de los Estados Unidos, o sea, ni es Estado, ni es Libre.

Si ya ha habido dos reportes de Casa Blanca, entonces, ¿Qué esperamos? No podemos permitir que le miedo siga siendo el mayor opresor de nuestros compatriotas, nuestros, conciudadanos en los estados solo esperan a que nosotros tomemos la decisión de descolonizarnos. Hay 4 opciones, continuar como estamos, como un territorio sin soberanía ni poder, con solo voz pero sin ningún voto, podemos optar por ser una República Asociada a los Estados Unidos pero independiente bajo un pacto de asociación que puede ser eliminado unilateralmente por cualquiera de las dos naciones, podemos optar por la independencia total de los Estados Unidos, o podemos optar por la Estadidad. Estas cuatro opciones son las que son presentadas por este informe, basado en los reportes de Casa Blanca.

¿Realmente somos tan ilusos para pensar que el nuevo reporte de Casa Blanca presentará alguna nueva opción? Según un estudio que hice para la Universidad de Puerto Rico Recinto de Mayagüez , El estatus político de Puerto Rico y la globalización, y basándome en los escritos de Ramón Grosfoguel, la independencia para Puerto Rico sería la esclavitud económica perpetua de Puerto Rico ante los Estados Unidos. Puerto Rico pasaría hacer una “Neo Colonia” pues el poderío económico de los Estados Unidos forzaría a Puerto Rico a someterse a sus decretos.

“Entiende que bajo el sistema neoliberalista y bajo el nuevo concepto de la neo-colonia las ideas propuestas por los grupos independentista no tienen arraigue pues la democracia en la neo-colonia les garantiza los derechos civiles y humanos. También plantea que la cultura y la identidad puertorriqueña fueron propiciadas por el mismo estado norteamericano para “mantener calmados a los nenes”. El autor señala que aun siendo independiente, Puerto Rico estaría obligado a mantener su relación de dependencia con los Estados Unidos, sin la garantía de los derechos civiles que le garantiza la ciudadanía estadounidense.”

¿Estamos dispuestos a perder nuestros derechos civiles que nos garantiza la ciudadanía estadounidense? ¿Los mismos que obtuvimos hace 94 años un 2ndo de Marzo de 1917? Es hora de actuar, y de tomar la única decisión que garantizará a nuestro pueblo Libertad, Soberanía, y una democracia genuina. Una decisión que realmente garantice nuestra ciudadanía estadounidense, optar por la estadidad es la única opción digna para nuestra patria.

martes, 1 de marzo de 2011

La libertad no es para añangotaos, es para los valientes

Martes 1 de marzo de 2011
Edwin R. Jusino | UPR Mayagüez

"La Patria es Valor y Sacrificio"
-Albizu Campos-

“La Patria no es bandera, ni es himno, ni es ruido. La Patria es esfuerzo creador, es sentido de responsabilidad social, es respeto a la razón y es amor a la libertad.”
-Luis A. Ferre-

Patria, libertad, son palabras que nos hacen pensar en nuestra identidad como puertorriqueños, pero la presentada por los grupos que pretenden separarnos de los Estados Unidos. Siempre se nos acusa a los estadistas de ser vende patria, de ser añangotaos, de ser traidores de la patria. Aun siendo la mayoría, nos sentimos que caminamos por calles hostiles, tanto así que los estadistas en las universidades, en su mayoría tienen miedo de participar de asociaciones pro estadidad por el mero hecho de temor a represalias.

Mural hecho en la UPR de Mayaguez por estudiantes pro-huelga y pro-independencia
 ¿De cuándo acá querer lo mejor para nuestra patria es venderla, o traicionarla? Pero la culpa la tenemos los estadistas que en ocasiones somos fáciles a proyectar a la cultura de los Estados Unidos como superior a la nuestra, cuando ese no es el caso. La cultura que nos vio nacer no puede ir por encima de una cultura no existente, pues ¿Estados Unidos, tiene cultura, tiene territorio? La respuesta es sencilla, no. El concepto de los Estados Unidos es uno político y económico, no territorial ni cultural. Estados Unidos no tiene territorio más allá de bases militares, el distrito federal y oficinas gubernamentales. Cada estado es soberano sobre su territorio, y cada estado tiene su cultura aparte. ¿O es que la cultura de Texas es igual a la de California, a la de Nueva York, o Hawái?

¿Porque tenemos miedo de afirmar que somos puertorriqueños, con una cultura rica en sabor, sonidos y tradiciones caribeñas? Tenemos que afirmar y salir al rescate de la cultura, de nuestra identidad patria. Como dice el refrán: Puerto Rico es mi patria, Estados Unidos mi nación. Somos Puerto Rico, tenemos una historia única, y esa historia es la que nos afianza a las creencias de que todos los hombres somos iguales. Es esa historia de lucha la que nos ha garantizado la vida, libertad y la búsqueda de la felicidad. Somos estadounidenses, somos caribeños, somos latinos, hispanos, y puertorriqueños, y como estadistas no debemos sentirnos avergonzados de nuestra cultura. Hay que fomentar la cultura, hay que defenderla pues es nuestra, la hemos creado y nos ha visto nacer.

Les traigo el ejemplo de Hawái. Hawái pasó una crisis de identidad durante el tiempo que fue un reino independiente, y más aún cuando fue un territorio. Pero, Hawái luego de convertirse en un estado de la Unión, ha fomentado y defendido su cultura a tal extremo, que el gobierno federal incluso, ha pasado legislación para defender la cultura hawaiana.

Lo único indigno es el estado libre asociado que nos mantiene en un yugo colonial. La colonia es quién afecta y corrompe nuestra cultura, y nuestra sociedad. La gran mentira del 1952, en vez de ser lo mejor de dos mundos, es lo peor de dos mundos; la situación colonial es la responsable de que los valores de nuestra cultura estén desapareciendo. La falta de soberanía política para afirmar lo que somos ante el resto de la nación es lo que nos hace sentirnos inferiores, cuando somos iguales que nuestros hermanos en el continente.

Hay que ser valientes para lograr la igualdad plena, la única solución digna es la estadidad, pues es la única que asegura una soberanía real y poderosa. Hay que tener valor y sacrificarnos para defender la patria, como decía Albizu Campos, y eso, solo lo lograremos luchando por la igualdad.

El caso de Puerto Rico es la lucha más importante de derechos civiles para la comunidad Hispana en los Estados Unidos de este siglo. De Puerto Rico ser un estado, no tan solo representaríamos a los puertorriqueños en el Congreso, sino que también incrementaríamos la representación de los latinos en el cuerpo legislativo federal. De esta manera podríamos tener impacto en leyes como el “Dream Act”, que buscaba hacerle justicia a los miles de niños indocumentados que fueron traídos a la nación por sus padres.

Puerto Rico, de ser estado, servirá como el puente de la esperanza para el resto de Latinoamérica. El mensaje de los Estados Unidos al resto del continente que afirmara la premisa que “Todos los hombres somos iguales” y es en este postulado que yace la importancia de Puerto Rico para los Estados Unidos en un siglo XXI donde el censo federal proyecta que para mediados del mismo, los Hispanos pasarían hacer mayoría.

Tenemos que ser valientes, en un año marcado por revoluciones, tenemos que levantarnos como puertorriqueños y exigir nuestros derechos plenos y totales como ciudadanos estadounidenses, sin olvidarnos de nuestra historia, de nuestra cultura… de nuestra patria. Porque es por la preservación y futuro de lo ya mencionado que buscamos la igualdad y la soberanía plena en la estadidad.