martes, 12 de abril de 2011

La Gasodependencia

Por: Adrianna N. Burgos,
Ex- Tesorera Nacional PRSSA

La Columna es parte de su clase de Redacción Periodística: Generos de Opinión, en la Universidad Complutense de Madrid.




Hoy 12 de abril de 2011, es un día histórico para el ciudadano Puertorriqueño. No por el natalicio de algún renombrado prócer, no por alguna victoria en contra del yugo estadounidense sobre nuestra humilde colonia, no por algún tipo de festividad proclamando alaridos de independencia; No. Hoy se conmemora el día en el que el precio de la gasolina supera el dólar por litro y un sinnúmero de familias se ven en la obligación de elegir si alimentar a la prole o llenar el tanque de gasolina a sus automóviles.

Quizás no nos veríamos tan afectados por el alza en el precio de este crudo, si para movilizarse dentro de estas 100 por 35 millas náuticas no dependiéramos tanto de nuestros carros. Pero gracias al bien ingeniado, diseñado y elaborado sistema de transportación pública que poseemos, no llegamos ni de aquí a la esquina.

¿Y ahora, quien podrá salvarnos? ¿Quién se apiadará de nuestro lamento Borincano, que a gritos adolece el hueco que le han cavado en el bolsillo? ¿Y a quién le achacaremos la culpa? Porque el Puertorriqueño es un experto en el arte de señalar, de enjuagarse las manos como Poncio Pilato y de buscar entonces quien resuelva.

¡Que si Egipto, que si Libia, que si el tsunami y los terremotos que arrasaron con Japón! Ninguno se salva y todos son la causa de nuestros males. O al menos son las especulaciones a voz populi.

La primera señalada la ha dado Héctor Gierbolini, Presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina. Sus predicamentos de Mesías estremecen a cualquier individuo que los ausculte y mediante sus sugerencias de gran pensador del Siglo XXI, intenta saciar la frustración de un pueblo en crisis. Pues según Gierbolini, la llegada del verano en los Estados Unidos ha traído de la mano un alza en la demanda del llamado “oro negro” y por consecuencia, un aumento en el precio del petróleo.

Pero el punto clave, la tesis trascendental de su análisis socioeconómico vendría a ser la sugerencia que él plantea para enfrentarse a la ‘Bestia Traga Monedas’: Que los puertorriqueños envíen cartas a la Casa Blanca, para que mediante el ejercicio de presión escrita convenzamos a Obama a que utilice las reservas de petróleo existentes en tierra Americana. E inclusive, el llevarse en la redada a líderes de naciones exportadoras de petróleo, para persuadirlos a que aumenten el flujo de producción del bien en su país y que eliminen la “crisis artificial” existente.

¿En qué planeta tú vives Gierbolini? Me encantaría presenciar a este individuo siendo el portavoz de tan deslumbrantes ideas en Washington D.C., al igual que en la ONU. Es más, pienso que debería de organizar una cena Puertorriqueña e invitar a dichos mandatarios a que prueben nuestro delicioso mofongo, lechón a la vara y exquisito arroz mamposteado, a la vez que se les da un tour por la Isla y se les demuestra el potencial que tenemos de ser los compradores número uno de petróleo a nivel mundial.

Aun así que no cunda el pánico, pues los pronósticos de distinguidos economistas expresan que Puerto Rico seguirá inmerso en el círculo vicioso de dependencia de gasolina, que terminará por consolidar monopolios de empresas petroleras, que seguirán obteniendo ganancias a cuesta de nuestros lamentos. Y por ende, como dicha conducta es el pan nuestro de cada día, no hay porque quejarnos, sino que intentar hacer lo mejor posible dentro de una economía de precios ascendentes, calcular mejor los gastos de a diario y personalmente, me da un poco de tranquilidad mental el tratar de entender que el aumento en el precio de la gasolina simplemente está trastocado por varias circunstancias mucho más complejas y lejanas a nuestro alcance.

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