Seniority
Por Kenneth D.
McClintock Hernández
1 de Octubre de 2012
La principal
regla de funcionamiento del Congreso de los Estados Unidos se resume en una
sola palabra: "Seniority" o antigüedad. El seniority, esencialmente, mide cuánto
tiempo un congresista ha prestado servicio desde su juramentación. A manera de
ejemplo, el Comisionado Residente Pedro R. Pierluisi juramentó por primera vez
el 3 de enero del 2009. Trescientos
quince congresistas tienen más seniority que él y 119, más los cinco que sean
electos para cubrir 4 vacantes por renuncia y una por muerte, tienen menos
seniority que él.
Seniority es un
factor que nunca ha sido tomado en cuenta al momento de elegir un Comisionado
Residente, para detrimento de los intereses de nuestro pueblo. El seniority no se fabrica ni se promete; se
tiene o no se tiene.
Pedro Pierluisi
tiene más seniority hoy que quienes ocupan o ocuparán 124 escaños
congresionales. Con el retiro derrota
primarista ya sufrida o derrota electoral a sufrirse de decenas de congresistas
en noviembre, de resultar reelecto, nuestro Comisionado Residente tendría en
enero más seniority que por lo menos 150 congresistas al iniciarse como miembro
de su tercero Congreso (recordando que los Congresos se miden en bienios y no
en cuatrienios).
La elección, por
improbable que sea, de cualquiera de sus cinco contrincantes, colocaría a un
nuevo Comisionado Residente al final de la lista de seniority, a pelearse por
lo que aparezca al fondo del barril, y no por la crema que flota en el tope del
barril, particularmente al debatirse las posibles medidas a tomarse para no
caer en el precipicio fiscal (fiscal cliff) que enfrenta la nación.
Si el
Comisionado Residente que elegimos en 1976, Baltasar Corrada Del Río, no
hubiese optado por aspirar a la Alcaldía de San Juan en 1984 y hubiese sido
reelecto ininterrumpidamente desde entonces, ocuparía la posición #10 en
seniority hoy, superior a 425 de los 435 miembros del Congreso. Si, en cambio, en el 2000 el pueblo hubiese
reelecto a Carlos Romero Barceló y éste ocupara aún el cargo, hoy Puerto Rico
tendría un Comisionado Residente con más seniority que 348 congresistas.
De 1989 a 1991
una de las figuras congresionales más mencionadas en Puerto Rico era Ron de
Lugo, el presidente de la Subcomisión de Asuntos Insulares del Congreso que
evaluaba la legislación de status. ¿Por qué ese delegado de las vecinas Islas
Vírgenes Americanas tenía tanto poder sobre Puerto Rico? La respuesta se resume en una sola palabra: ¡seniority! Los electores de ese territorio americano
conocen el poder del seniority y reeligieron repetidamente a su delegado
congresional hasta llegar a multiplicar su poder al convertirse en presidente
de una subcomisión. Hasta el 2010, todos
los delegados territoriales, menos el entonces recién llegado Pierluisi, eran
presidentes de subcomisiones congresionales porque sus respectivos electorados
los reeligen de manera que puedan mantener y seguir acumulando seniority y
poder.
En esta
elección, Puerto Rico tendrá la opción de preservar la influencia y el poder
que ya ha acumulado Pedro Pierluisi, con un seniority mayor que 124 otros
congresistas, o echar al zafacón ese poder, esa influencia, eligiendo a otro
que comience como "prepa", a recoger las migajas de las migajas! Ese es un factor importante siempre, pero más
aún cuando durante los primeros tres meses del próximo Congreso estarán
enfrentando como evitar caer en el precipicio fiscal en que se recortarán
trillones de dólares en programas federales.
Esa es otra
razón más para retener a Pedro R. Pierluisi como nuestro influyente Comisionado
Residente votando íntegro por el Partido Nuevo Progresista.