jueves, 17 de febrero de 2011

El legado de Don Luis

Por Luis G. Fortuño,
Gobernador de Puerto Rico

Es imposible abarcar en un corto comentario la inmensidad del pensamiento y la obra de Don Luis Ferré.



Pero este año, cuando nos encontramos a mitad del camino de la encomienda que recibimos de nuestro Pueblo en el 2008, me parece oportuno celebrar el natalicio de aquel gran hombre con una breve reflexión sobre la filosofía de gobierno y de justicia social que inspiró su propia gesta como Gobernador hace más de 40 años.

Las palabras de Don Luis en la carta de endoso que me escribió en el 2003—luego de haber anunciado mi candidatura al Congreso federal como Comisionado Residente—no sólo reflejan la esencia de su visión de gobernanza humanística que caracterizó su mandato, sino que al día de hoy, nos siguen inspirando en la gestión que con un profundo sentido de humildad y responsabilidad llevamos a cabo día a día a favor de nuestro Pueblo.

Me escribió entonces Don Luis: “Tú, al igual que yo, procedemos de la empresa privada, y sabemos que la base de la justicia social no es el gasto público sino la promoción de empleos a través del sector privado. Necesitamos más hombres y mujeres procedentes de la empresa privada que, como tú deseen servir a Puerto Rico a través de puestos electivos sin que hagan de la política su profesión”.




Para todos los puertorriqueños, no sólo los que militamos en las filas del Partido Nuevo Progresista, la visión de nuestro Padre Fundador mantiene al día de hoy mayor vigencia que nunca, por lo cual sigue sirviéndonos de guía hacia la consecución de nuestros más altos ideales.

Nuestra visión es la misma de Don Luis: creemos en un gobierno que le sirva al Pueblo, no un gobierno que se sirva del Pueblo. Un gobierno más pequeño, ágil y eficiente, que ofrezca servicios básicos de excelencia y servicios de apoyo y ayuda a todo el que lo necesita—sobre todo a aquellos con menos recursos—pero que no sea tan gigantesco y avasallador que ahogue al individuo. El individuo y la familia son las unidades básicas de nuestra sociedad. Por tanto, es a ellos a quienes tenemos que apoderar, poniendo en sus manos el poder y las oportunidades. Una sociedad en la cual los individuos y las familias no puedan alcanzar su mayor potencial jamás podrá ser una sociedad sana y próspera.

De igual manera, debemos potenciar al sector privado como motor básico de nuestra economía. Atrás debe quedar el modelo del gobierno paternalista y todo-proveedor; ese modelo crea un ciclo vicioso de dependencia que ahoga la capacidad individual de superación. En una sociedad sana y próspera, son nuestras empresas—sobre todo nuestros pequeños y medianos negocios—no el gobierno, los que crean mejores empleos y oportunidades.

Todas nuestras iniciativas—la Reforma Contributiva Más Dinero en Tu Bolsillo; Golpe al Crimen; MI Salud; Tus Valores Cuentan; Educación en Tus Manos, por mencionar algunas—están basadas en esos principios básicos de apoderamiento del individuo y la familia como unidades básicas de nuestra sociedad, así como la potenciación de la empresa privada como motor de nuestro desarrollo económico y creación de empleos.

Inclusive nuestra iniciativa de estabilización y reestructuración fiscal se basó en estos principios; un gobierno quebrado ahoga al individuo y a las familias, así que había que arreglar eso primero;

Lo importante, lo que inspiró a Don Luis, me inspira a mi y debe inspirarnos a todos, es nuestra confianza básica en las capacidad de superación del puertorriqueño. Dándole las herramientas que necesita, nuestro Pueblo puertorriqueño sale adelante y SE SUPERA.

Gracias Don Luis por seguir inspirándonos desde la eternidad.

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