jueves, 6 de enero de 2011

2000-2010: Lo que nos dicen los ciclos


Ricardo Roselló Nevares | Para el Vocero

(Esta es la octava en la serie de columnas del beneficio práctico de la descolonización)

En esta serie de columnas, hemos cuantificado el impacto de nuestro sistema sociopolítico en múltiples sectores de la sociedad haciendo un análisis comparativo entre Puerto Rico y otros países. En esta ocasión, sin embargo, el análisis lo haremos en función de tiempo. Miraremos lo que fue la década del 2000-2010 (primera columna) y anticiparemos lo que podrá traernos esta próxima década que recién comienza (segunda columna).

Nuestros sistemas sociopolíticos, típicamente, tienen un tiempo de progreso y desarrollo, y una fecha de expiración bastante marcada. Aquel sistema innovador que en su día revolucionó al pueblo, con el pasar de los años, y por permutaciones naturales que experimenta la sociedad, pierde su vigencia, deja de rendir frutos y tiene que alterarse para atemperarse a los tiempos. Tradicionalmente, es algún tipo de crisis (en uno o múltiples sectores) que no tiene solución dentro del marco sociopolítico actual, y que indica la necesidad de un cambio.

Nacen entonces las nuevas ideas de cómo encarar el futuro y empieza un nuevo movimiento social emergente. El nuevo movimiento o manera de pensar reta lo establecido. En cada caso, las clases dominantes del momento se sienten amenazadas y se enfrascan en un conflicto por mantener su hegemonía.

Estados Unidos, por ejemplo, desde sus comienzos, ha tenido 4 ciclos de cambios fundamentales en su modelo sociopolítico. De la misma forma, Puerto Rico ha pasado varios ciclos donde las crisis llevan a una reevaluación del sistema actual. Para finales de los 1800, los puertorriqueños ya se cuestionaban fervientemente cuál sería su próximo paso en el desarrollo de la Isla. Los distintos puntos de vista tenían voces fuertes y radicales que hoy día consideramos próceres: Luis Muñoz Rivera, José Celso Barbosa, Román Baldorioty de Castro, entre otros. El traspaso del territorio de Puerto Rico de España a los Estados Unidos impulsó un nuevo modelo económico que benefició a Puerto Rico, aunque el “status” político y su destino todavía eran temas de análisis y conversación, tanto en la Isla como en el Continente.

Al detenerse el crecimiento económico que se experimentó al principio de la llegada de la bandera multi-estrellada, renace la pregunta de nuestra definición de pueblo: ¿Qué somos? ¿Por qué no nos gobernamos? La crisis económica abrió la puerta para la discusión del status nuevamente. Como producto de esta discusión, por primera vez, los puertorriqueños pudimos elegir nuestros gobernantes a nivel local. El Estado Libre Asociado se fundamentó como nuevo modelo sociopolítico para atender la crisis económica.

Pero ya para los años ’80 se generaba otra crisis económica y social. Era tiempo entonces de retar el modelo actual. En los ’90 entonces surgen dos cambios fundamentales: (1) un cambio en la visión gubernamental, de expansión económica, de apoderamiento del pueblo y (2) un esfuerzo por cambiar el estatus político de Puerto Rico a uno no-territorial y no-colonial, para atemperar a Puerto Rico a las realidades del nuevo siglo. El primero fue exitoso, el segundo no.

Es entonces que entramos en la década del 2000 al 2010; una década con nuevos gobernantes pero cargando el peso del mismo sistema colonial fallido.

¿Cuál ha sido el resultado de continuar otra década más fomentando el sistema colonial? Uno lamentablemente predecible, a sabiendas de que el sistema está quebrado. De cualquier ángulo que se mire, Puerto Rico ha retrocedido entre el 2000 y el 2010. Aquí, un resumen de 10 puntos que ejemplifican el panorama completo:

* La producción económica en Puerto Rico hoy (2010), es MENOR que en el 2000. Es uno de los únicos (5) países o territorios en el mundo con esta nefasta distinción.
* La disparidad social ha aumentado significativamente: Aunque bajo el modelo colonial siempre hemos sido deficientes en este sentido, para el 2000 éramos el país/territorio número 38 en disparidad social; hoy somos el número 15.
* El costo de vida ha aumentado un 70%, mientras que los salarios no han aumentado significativamente.
* Cuando en el 2000 el 100% de los puertorriqueños gozaban de algún tipo de cobertura médica, hoy tenemos 400,000 puertorriqueños sin tarjeta de salud.
* El nivel de pobreza ha aumentado de 44% (2000) a 52% (2010).
* Hay menos recursos para el desarrollo y la educación de los niños.
* El desempleo ha subido de 9.8% (2000) a un 16.8% (2010)
* Hoy, hay 75,000 MENOS trabajos para nuestros jóvenes (de 20-34 años), provocando más pobreza y/o éxodo hacia otras jurisdicciones.
* Hay 260 asesinatos más en el 2010 (950) que en el 2000 (690).
* La evaluación académica de nuestro sistema secundario y universitario ha decaído significativamente.

Todos estos parámetros apuntan a una triste realidad: vivimos una seria crisis que está siendo propulsada por nuestro sistema sociopolítico. Es una crisis a nivel fiscal, demográfico y ambiental. Y yo argumento que también podríamos enfrentar una 4ta.: una crisis con la nación de la cual formamos parte. Sobre esta última abundaré en la segunda parte de esta columna.

La crisis fiscal es evidente y palpable. La pérdida de trabajos, el desempleo, la falta de desarrollo, los paros, son todos indicadores que vemos a diario. La crisis demográfica es más sutil, pero no menos importante. Por primera vez en nuestra historia el Censo informa que la Isla tiene MENOS residentes que en el censo anterior. Cuando un país o territorio va de una población creciente a una decreciente en menos de 20 años, hay que hacer cambios significativos para atemperarse a esa realidad. La crisis ambiental es una que compartimos como miembros del planeta Tierra, y que imperan las soluciones en sectores como la energía, la medicina, los alimentos, y la disponibilidad de agua potable entre otros. _
¿Cómo enfrentaremos estos retos? ¿Qué soluciones y planes viables existen? ¿Podremos enfrentarlas bajo el sistema sociopolítico actual, o serán estas crisis las que inducirán un cambio en nuestro estatus político?

En la próxima columna elaboraremos las realidades que nos esperan en la próxima década. Específicamente, abundaremos sobre las dos rutas que podemos tomar, las consecuencias de cada una de ellas; la 4ta. crisis que se mencionó arriba; y la oportunidad única para convertir la próxima década en una de gran crecimiento y prosperidad para todos los puertorriqueños. _

*Estaré aceptando a través de mi página en Facebook (facebook.com/rossello.nevares) sugerencias de temas relacionados que quieras discutir.

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