viernes, 21 de enero de 2011

El Informe de Casa Blanca

Por Pedro R. Pierluisi – Comisionado Residente
El Vocero (página #29)




La estrecha relación entre Puerto Rico y Estados Unidos data de hace más de un siglo. En términos generales, la Casa Blanca y el Congreso han sido parcos en hacer pronunciamientos sobre el futuro político y económico de la isla. Sin embargo, desde la incumbencia del Presidente Clinton hasta la del Presidente Obama, hemos obtenido afirmaciones específicas sobre nuestra condición política. Hoy nos encontramos a la espera del informe del Grupo de Trabajo de Casa Blanca sobre Puerto Rico nombrado por Obama. Nuevamente estamos a la expectativa de lo que las autoridades en Washington tengan que decir sobre Puerto Rico.

La Orden Ejecutiva 13183 del Presidente Clinton estableció el Grupo de Trabajo y le encomendó la misión de aclararle al pueblo de Puerto Rico sus dudas sobre las opciones de estatus disponibles y el proceso para lograrlas. Al mismo tiempo dispuso que, sin favorecer un estatus en particular, debe orientar a los puertorriqueños y al Congreso sobre las opciones de estatus que no sean incompatibles con la Constitución de los Estados Unidos.

Durante la administración de George W. Bush el Grupo de Trabajo emitió dos informes. Ambos reconocieron que Puerto Rico no tiene un estatus permanente y que, a pesar de su amplia autonomía sobre asuntos locales, continúa siendo un territorio de Estados Unidos bajo los poderes plenarios del Congreso. De igual forma, estipularon que las opciones son la soberanía, ya sea como nación independiente o como nación asociada con los Estados Unidos, y la estadidad. Los informes explican en detalle las limitaciones constitucionales que existen para cualquier propuesta que conlleve un estatus que no sea la soberanía o la estadidad.

Estos informes incluyeron expresiones que crearon controversia en Puerto Rico. Por ejemplo, el informe del 2005 dijo que los poderes bajo la Cláusula Territorial de la Constitución americana son tan amplios que el gobierno federal pudiera ceder a Puerto Rico a otra nación. Además indicó que la “ciudadanía está sujeta a la soberanía” por lo que si los puertorriqueños reclamaran la independencia, su ciudadanía americana no estaría garantizada. Aunque estas polémicas aseveraciones han sido rechazadas por muchos, incluyendo el Presidente Obama, ya casi nadie niega que Puerto Rico continúa siendo un territorio americano y que su estatus actual no es permanente.

Como candidato presidencial, Obama se comprometió con Puerto Rico a continuar la labor del Grupo de Trabajo y a expandir sus funciones para recomendar gestiones potenciales de su gobierno sobre el desarrollo económico de nuestra isla. En una carta al ex gobernador Acevedo Vilá, Obama propuso trabajar el asunto del estatus de Puerto Rico desde un punto de vista neutral y reconoció que nuestras opciones incluyen el estatus actual, la estadidad y la independencia. Además anticipó que su administración trabajaría a favor de la creación de empleos y la prosperidad económica de la isla.

En forma similar, Obama me dirigió una carta en la que prometió “darle voz a los casi cuatro millones de ciudadanos americanos de Puerto Rico para que puedan determinar el curso de su futuro político.” Una vez electo, Obama le cursó una carta al Gobernador Fortuño en la que se comprometió a buscarle una solución a nuestro problema de estatus durante su primer cuatrienio.

El Grupo de Trabajo de Casa Blanca emitirá próximamente su informe. Mis expectativas son que será un documento extenso que identificará nuestros retos y recomendará múltiples iniciativas de gran utilidad para Puerto Rico. En cuanto al estatus, estoy seguro de que le dará la importancia que amerita dado que su solución es trascendental para nuestro futuro.

Como punto de partida, espero que el Grupo de Trabajo reconozca la autoridad legal y moral que tiene nuestro gobierno para tomar cartas en el asunto, convocando a nuestro pueblo a expresarse en una o más consultas plebiscitarias o utilizando cualquier otro método democrático. De igual manera, anticipo que recibiremos la debida orientación sobre las opciones que tenemos disponibles y sus respectivas implicaciones. Y me sorprendería que falte un llamado al Congreso para que actúe ágil y justamente tan pronto los puertorriqueños expresen su sentir en cuanto a este tema.

Por otro lado, el Grupo de Trabajo deberá esbozar su visión de cómo el gobierno federal puede ayudar al desarrollo socio-económico de Puerto Rico, haciendo sugerencias específicas y proponiendo nuevas iniciativas federales. También tendrá la oportunidad de examinar y hacer recomendaciones con respecto a asuntos de importancia como la educación, la salud, la seguridad pública y la creación de empleos en la isla, así como para el municipio de Vieques.

En la medida en que el Grupo de Trabajo haga una evaluación seria y profunda tanto de nuestro problema de estatus como de nuestros retos económicos y sociales, y que la acompañe con las recomendaciones de rigor, tanto Puerto Rico como los Estados Unidos saldrán beneficiados. Esto es así porque el bienestar de los puertorriqueños es el bienestar de los americanos. Bienvenido el informe de Casablanca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario