miércoles, 5 de enero de 2011

La vida...la vida continúa

Expresiones del Secretario de Estado de Puerto Rico
Kenneth McClintock Hernández
Servicio Ecuménico a orillas del mar
Río Grande, Puerto Rico
Víspera de Reyes, 2010

Me corresponde en este momento dirigirme a nombre del Gobernador Luis Fortuño, a quien represento hoy aquí junto al Secretario de Justicia, el Superintendente de la Policía, el Ayudante General, la Jefa de Bomberos y demás compañeros de la Administración en esta víspera de Reyes en que nos unimos a las familias de todos los que perdieron sus vidas hace más de dos semanas a poca distancia de estas costas.

Leía esta mañana el artículo de prensa sobre cómo estas Navidades han sido un cantazo detrás de otro para nuestro Ayudante General, quien no empece el accidente frente a nuestras costas y los dos compañeros que fallecieron en Irak, sigue firme en su liderato, quizás con la voz quebrada una que otra vez, dirigiendo los esfuerzos de nuestra Guardia Nacional dondequiera que haga falta, aquí en la Guerra contra las Drogas y en las guerras en el extranjero.

Estamos en guerra, y las guerras tienen un costo. La guerra de Irak acaba de cobrar dos vidas más de nuestros militares, y la Guerra Contra las Drogas reclamó las vidas de cuatro militares y de dos civiles, dos experimentados fiscales. Sus muertes, sin embargo, no son en vano.

La Guerra Contra las Drogas es una guerra necesaria, es una guerra dirigida a defender la integridad de las venas de nuestros jóvenes, una guerra contra los que, sin estudio ni preparación, pretenden vivir la vida a un nivel que no les corresponde, a cuesta de la vida y la salud de la juventud puerrorriqueña, a la cual tientan por su inmadurez a caer atrapados en las redes de la adicción a las drogas. Esa Guerra no se detiene y no se detendrá .

Pausamos en esta tarde ante la inmensidad de la obra del Señor, ejemplificada por la inmensidad del mar a mis espaldas que decide cuando podemos entrar a sus entrañas para recoger lo que nos corresponde y para obtener respuestas a nuestra pregunta, la pregunta que hizo nuestro Ayudante General: "¿qué pasó?"

Pausamos para agradecer a todos los que han dedicado estos días de Navidad, no a celebrar, sino a buscar respuestas a esa pregunta.

Agradecemos particularmente a la familia de don Arturo Díaz, a nombre del Gobernador, toda la ayuda, todas las atenciones, toda la hospitalidad que han brindado a las familias que aquí se congregan a la espera de respuestas, y a todo Puerto Rico,

Aunque los recesos navideños, que implican pausa en los servicios y ausencia de personal clave, dificultan las ayudas que deseamos extender a las familias, el compromiso sigue firme, la solidaridad no ceja, la memoria de los que ya no están nos anima, y la vida... la vida continúa.

Muchas gracias.

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