jueves, 27 de enero de 2011

De sectas rojas y sectas azules

De sectas rojas y sectas azules

EDITORIAL - EL VOCERO

Hace una semana en este espacio editorial reflexionábamos sobre el tribalismo que nos canibaliza como sociedad y propusimos un boicot a esta tendencia de dividirnos en grupos que critican por criticar. Dos días más tarde, editorializamos favorablemente sobre la misión comercial que encabezó el gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, en España. En ese editorial planteamos la importancia de que Puerto Rico se inserte en el escenario global a la hora de competir para atraer inversión económica a la Isla.

La delegación de Puerto Rico en esa misión económica ni siquiera había regresado a la Isla cuando la oposición política inició una campaña de críticas y ataques al esfuerzo. Es decir que vimos claramente plasmado en la discusión pública de los pasados días el problema que presentamos la semana pasada en el editorial titulado “Boicot al tribalismo”. El pasado domingo, una serie de líderes del Partido Popular Democrático, y hasta una voz disidente en el Partido Nuevo Progresista, esbozaron públicamente una ristra de críticas al esfuerzo gubernamental. Que si las gestiones del Gobernador fueron un golpe a la estadidad, que si no se generaron empleos por el esfuerzo, que si las Alianzas Público Privadas (APP) no funcionan, que por qué hay que hacer gestiones con países extranjeros; fueron algunas de las críticas más estridentes en la opinión pública.

De inmediato comienzan a surgir capítulos, cual telenovela dramática, de esta discusión, pues tras la crítica viene la respuesta. Ya vimos al secretario de Desarrollo Económico, José Pérez Riera salir al paso a las críticas al calificarlas de malintencionadas y con motivaciones politiqueras. Es así como –de parte y parte- volvemos al debate chiquito que nos consume y nos divide en las tribus de rojos y azules.

Reiteramos nuestro planteamiento de que el fracaso de los administradores de turno representa el fracaso de todos. Resulta perjudicial para Puerto Rico el pensamiento de que pongo el pie hoy con la meta de arreglar mañana. Lo que se pasa por alto es que mientras esa sea la consigna y la práctica, no saldremos del círculo vicioso del tribalismo que nos consume como país. Hagamos un esfuerzo y pensemos en el bien común antes que en las agendas partidistas, sólo así le hacemos bien a Puerto Rico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario