domingo, 23 de enero de 2011

Fortuño tiene razon

Sábado 23 de enero de 2011

Angel Marrero, estudiante UPR-RP

En los pasados días ha surgido una polémica con relación a los comentarios del gobernador Luis Fortuño en España. Según reproduce la prensa, el primer ejecutivo afirmo que los puertorriqueños somos: “estadounidenses y biculturales” definiéndonos en términos prácticos con los epítetos “boricuas, hispanos y americanos”. Rápidamente, hordas furiosas de anti-estadounidenses e intelectuales, salieron a responder a tales afirmaciones tratando de ridiculizar al mandatario (porque claro no se puede ser inteligente y estadista a la vez).

La verdad es que Fortuño hablo con la verdad. Mas allá del ideal político o las utopías revolucionarias de algunos soñadores, la realidad de la Puertorriqueñidad del siglo XXI es tripartita. A continuación explico con detalle:

Somos estadounidenses. En 1917, por imposición/donación/buena voluntad/intereses bélicos o lo que fuese, el Congreso de los Estados Unidos otorgo la ciudadanía estadounidense a todos los puertorriqueños. Escuche alguien que consideraba que una ciudadanía por imposición era muy cuestionable, yo responsablemente invito a todo puertorriqueño que tenga problemas con su ciudadanía estadounidense a remitir una carta al Departamento de Estado renunciando a la misma. En los diversos plebiscitos que se han celebrado en los últimos 100 años, el pueblo siempre se ha expresado a favor de la misma ya que se reconoce que esa ciudadanía/influencia, no cancela nuestra identidad cultural/nacional.

Somos biculturales. Porque tenemos dos culturas que convergen en el puertorriqueñismo moderno. La influencia de nuestras relaciones políticas con EEUU es innegable, desde el McDonald’s de la esquina hasta la forma en que concebimos el mundo es influenciado por este paradigma. Quitarle a un puertorriqueño la influencia de lo uno o lo otro, le hace una persona con una identidad distinta. Gran parte de ser boricua, es también ser ciudadano de los Estados Unidos, con sus arrugas, verrugas y beneficios.

Somos hispanos. España domino nuestro escenario político durante casi 500 años y su influencia en nuestro idioma/costumbres/tradiciones es innegable. Es pues su legado lo que nos une ineludiblemente al resto de Latinoamérica.
Somos americanos. En los dos contextos, tanto geográficamente como en el entendimiento vulgar tratado anteriormente (americano=estadounidense). Creo que no hace falta mayor explicación.

Puerto Rico pertenece a los Estados Unidos. Quizá en el transito de mí vida llegue un momento en que no sea así, pero mientras eso ocurre, negar nuestra verdadera identidad es un intento fútil por preservar lo que nunca ha existido: una identidad puertorriqueña que exista desde la perspectiva de una nación culturalmente independiente. Puede gustarnos o no, pero es nuestra verdad y aunque la neguemos continuamente, ella surgirá.

Americano, Hispano, Estadounidense….Boricua, todo eso somos y no hay razón para sentir vergüenza por ello.

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